viernes, 18 de noviembre de 2011

"Amanecer - Parte 1": A no desesperar que ya se termina



Hay quienes sostienen con fervor (y miles de divorcio parecen confirmarlo) que del amor al odio hay tan sólo un paso.
Pues bien, si trasladásemos este popular refrán al mundo del séptimo arte, no caben dudas que “La Saga Crepúsculo” (The Twilight Saga), estaría ubicada en esa exigua distancia que separa tan disímiles y contrapuestos sentimientos.
Es que desde el 2008, año en que la “fiebre vampírica” se trasladó a la pantalla grande, las andanzas de Edward, Bella y compañía han captado la atención de millones de fanáticos, pero, también, la de igual cantidad de detractores que alzaron sus voces contra las nulas capacidades histriónicas de sus protagonistas y la inexistente actividad sexual de los adolescentes más castos de la historia del cine.
Finalmente, por estos días, se produce un acontecimiento largamente esperado por ambos bandos aunque por motivos bien distintos. Sí, la historia de chupasangres más tediosa de todas llega a  un desenlace que, continuando con la tendencia impuesta por “Harry Potter”, será presentado en dos insufribles entregas.
Después de tanto esperar, Bella Swan (Kristen Stewart) dará el sí más importante de todos para, por fin, dar rienda suelta a sus más bajos instintos y ver de que está hecho el carilindo de Edward Cullen (Robert Pattinson). Eso sí, es probable que tenga que cambiar su omnívora dieta por una mucho más monótona a base de pura hemoglobina.
Como era de esperar, el enlace entre los tórtolos sacará de las casillas al pobre de Jacob (Taylor Lautner) quien verá como, de este modo, se desvanecen las escasas esperanzas de que Bella se fije en él. Ni que hablar cuando se entere que el colmilludo es todo un semental y que en el primer intento dejó embarazada a la chica que le quitaba el sueño.       
Pero lo peor del caso no será la pérdida de intimidad de la reciente pareja ante la llegada del primogénito, sino que, la dulce criatura que Bella lleva en su vientre, comenzará a chuparla como a una naranja poniendo en peligro su vida.
El rodaje de “Amanecer – Parte 1” (The Twilight Saga: Breaking Dawn – Part 1) comenzó a principios de noviembre en algunos paradisíacos parajes de Brasil. Las primeras tomas se realizaron en la localidad de Lapa, Río de Janeiro, y para las fogosas escenas del ansiado encontronazo se eligieron los bellos escenarios naturales Paraty. Una cascada y una imponente mansión sobre la playa de Saco de Mamanguá fueron testigos privilegiados de la pasión y el desenfreno que generaron años de abstinencia.
Tras el paso de Catherine Hardwicke, Chris Weitz y David Slade, como directores de las anteriores entregas, la gente de Summit posó sus ojos en Bill Condon (paradójicamente, lo que los muchachos no utilizaron en su primera vez) para que se hiciera cargo del sensacional broche de oro.
Un mar de interrogantes se cierne ahora sobre la flamante pareja: ¿Podrán finalmente ser felices y comer perdices (vivas)? ¿Qué pensará el bueno de Edward si el vástago que lleva Bella en sus entrañas sale peludito y con cara de cachorro de siberiano? ¿Continuará Bella con ganas de que le claven los colmillos después de la primera vez?
Varias incertidumbres y una única y gratificante certeza: aunque aún resta un último capítulo, los mojigatos vampiros de Crepúsculo comienzan a ver salir el sol por última vez.  

 

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