lunes, 26 de diciembre de 2011

"Misión Imposible - Protocolo Fantasma": Imposible aburrirse


“Imposible es nada” sentencia el slogan de una conocidísima marca de ropa deportiva. Pues evidentemente lo será para ellos, porque a nosotros, simples mortales, especialmente en esta época del año se nos comienzan a tornar prácticamente quiméricas algunas simples cosas como entrar en el pantalón que usamos el verano pasado (sin quedar como el muñeco de Michelin) o comenzar una dieta estricta sin claudicar al segundo día.
Para quien aparentemente todo es realizable es para el agente Ethan Hunt (Tom Cruise), especie de James Bond de la posmodernidad capaz de realizar las tareas más inverosímiles, siempre con una sonrisita compradora a flor de piel y con la certeza de que terminará en la cama con la bella y seductora señorita de turno.
A pesar del nombre, olvídense de que en Mission: Impossible – Ghost Protocol (Misión: Imposible – Protocolo Fantasma)  el audaz agente se suba al Ecto-1 para tratar de dar caza a algún travieso espíritu. Para nada.
En esta ocasión el bueno de Hunt deberá salvar al mundo (cuándo no) y limpiar su imagen y la de su equipo, cuando intenten incriminarlos en un atentado terrorista llevado a cabo en el mismísimo Kremlin. Tal es el revuelo que se arma que el FMI quedará disuelto (atención, no festejen países endeudados hasta la manija, estamos hablando de las Fuerzas de Misiones Imposibles y no del organismo internacional chupasangre).
Ante esta situación Ethan y sus amigos tendrán que trabajar en las sombras y a contrarreloj para evitar una catástrofe nuclear y, de paso, quedar libres de culpa y cargo en una misión que, a simple vista, se presenta como mucho más intensa y arriesgada que las anteriores.
Se podría decir que, en esta película, aparece implícito cierto homenaje a los grandes filmes de espionaje de finales de los ’70 y comienzos de los ’80, ya que aparecen varios de los condimentos que hicieran famoso a esta especie de subgénero allá por esos años (están los rusos, los estadounidenses, la amenaza nuclear, las persecuciones automovilísticas y los escenarios internacionales).
Los seguidores de la saga y aquellos que vagan por las salas en busca de explosiones y cosas que vuelen por los aires saldrán encantados ya que esta cuarta entrega tiene mucha más acción, más autos espectaculares, más hermosas mujeres y a un Tom Cruise que escala cualquier cosa alta que se le ponga adelante.
El director elegido para la ocasión es Brad Bird, quien hasta ahora sólo había realizado cintas animadas entre las que se destacan The Incredibles (Los Increíbles) y Ratatouille. En su primera experiencia con actores de carne y hueso, Bird se manifestó sorprendido por la velocidad en que suceden las cosas y por la gran cantidad de viajes que tuvieron que realizar.
Si bien Cruise se roba todas las miradas, no está solo en esta aventura. Junto al carilindo ex Top Gun aparecen actores de la talla de Jeremy Renner, el siempre gracioso Simon Pegg, la bella Paula Patton, Ving Rhames y Josh Holloway (el Sawyer de Lost).
Para muchos de los latinoamericanos, Mission: Impossible – Ghost Protocol será el primer plato fuerte de un 2012 que, en materia cinematográfica, se viene cargado de grandes producciones que el púbico aguarda con ansias.
En épocas de secuelas innecesarias y harto prescindibles, esta nueva misión ofrece algo más de dos horas a puro frenesí que la hacen una continuación más que aceptable para todos los fanáticos y aquellos que sólo buscan un poco de entretenimiento.
Esta vez no hay planes. Prepárense a recorrer un camino peligroso y sin retorno en el que los límites de lo posible serán cruzados una y otra vez.
Esta nota se autodestruirá en tres, dos, uno…

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